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Mostrando las entradas de diciembre, 2022

El birrete blanco

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  Adaptación del cuento anónimo de Islandia Había una vez un chico y una chica que eran amigos desde la infancia porque vivían en el mismo pueblo y eran vecinos. Se llevaban muy bien y a menudo solían merendar juntos y dar paseos por el campo al salir de la escuela. El muchacho era muy travieso y aficionado a gastarle bromas a su amiga. A veces, se escondía tras las puertas para darle un susto o le contaba cosas inverosímiles y fantasiosas para que ella se las creyera. Después, cuando veía su cara de asombro, se partía de risa. En una palabra, le encantaba hacer payasadas y la chica era casi siempre el blanco de sus guasas. Un día que lloviznaba, la muchacha estaba en casa y su madre le dijo: – ¡Hija, la lluvia lo está empapando todo! Ve corriendo y trae la ropa que hay en el tendedero junto al cementerio, antes de que sea demasiado tarde. – Ahora mismo, mamá. Enseguida vuelvo. La chica salió disparada mirando de reojo los nubarrones sobre su cabeza ¡Estaba a punto de caer una buen...

El birrete blanco

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  Adaptación del cuento anónimo de Islandia Había una vez un chico y una chica que eran amigos desde la infancia porque vivían en el mismo pueblo y eran vecinos. Se llevaban muy bien y a menudo solían merendar juntos y dar paseos por el campo al salir de la escuela. El muchacho era muy travieso y aficionado a gastarle bromas a su amiga. A veces, se escondía tras las puertas para darle un susto o le contaba cosas inverosímiles y fantasiosas para que ella se las creyera. Después, cuando veía su cara de asombro, se partía de risa. En una palabra, le encantaba hacer payasadas y la chica era casi siempre el blanco de sus guasas. Un día que lloviznaba, la muchacha estaba en casa y su madre le dijo: – ¡Hija, la lluvia lo está empapando todo! Ve corriendo y trae la ropa que hay en el tendedero junto al cementerio, antes de que sea demasiado tarde. – Ahora mismo, mamá. Enseguida vuelvo. La chica salió disparada mirando de reojo los nubarrones sobre su cabeza ¡Estaba a punto de caer una buen...

Cuento de La Cenicienta

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  Cuento de La Cenicienta: adaptación del original de Charles Perrault Hace muchos años, en un lejano país, había una preciosa muchacha de ojos verdes y rubia melena. Además de bella,  era una joven tierna que trataba a todo el mundo con amabilidad y siempre tenía una sonrisa en los labios.  Vivía con su madrastra, una mujer déspota y mandona que tenía dos hijas tan engreídas como insoportables. Feas y desgarbadas,  despreciaban a la dulce muchachita porque no soportaban que fuera más hermosa que ellas. La trataban como a una criada. Mientras las señoronas dormían en cómodas camas con dosel,  ella lo hacía en una humilde buhardilla. Tampoco comía los mismos manjares y tenía que conformarse con las sobras. Por si fuera poco, debía realizar los trabajos más duros del hogar: lavar los platos, hacer la colada, fregar los suelos y limpiar la chimenea. La pobrecilla siempre estaba sucia y llena de ceniza, así que todos la llamaban Cenicienta. Un día, llegó a la casa u...

Aladino y la lámpara maravillosa

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  Cuento Aladino y la lámpara maravillosa: adaptación de la historia original de Las Mil y Una Noches   Érase una vez un muchacho llamado Aladino que vivía en el lejano Oriente con su madre, en una casa sencilla y humilde. Tenían lo justo para vivir, así que cada día, Aladino recorría el centro de la ciudad en busca de algún alimento que llevarse a la boca. En una ocasión paseaba entre los puestos de fruta del mercado, cuando se cruzó con un hombre muy extraño con pinta de extranjero. Aladino se quedó sorprendido al escuchar que le llamaba por su nombre. – ¿Tú eres Aladino, el hijo del sastre, verdad? – Sí, y es cierto que mi padre era sastre, pero… ¿Quién es usted? – ¡Soy tu tío! No me reconoces porque hace muchos años que no vengo por aquí. Veo que llevas ropas muy viejas y me apena verte tan flaco. Imagino que en tu casa no sobra el dinero… Aladino bajó la cabeza un poco avergonzado. Parecía un mendigo y su cara morena estaba tan huesuda que le hacía parecer mucho mayor. – ...

Nasreddín y la invitación a comer

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  Adaptación de la fábula popular de la India     Vivía en la India hace muchísimos años, un muchacho muy inteligente y despierto llamado Nasreddín. Su sabiduría siempre dejaba pasmados a todos  hasta tal punto, que era famoso en toda la ciudad. Siempre le sucedían muchas cosas curiosas de las que Nasreddín sacaba una importante enseñanza. Una de esas historias es la que os vamos a relatar. El chico tenía un amigo que vivía rodeado de todo tipo de riquezas en un majestuoso palacio. Un día se encontraron por la calle y el rico caballero le invitó a cenar esa misma noche. Nasreddín, que nunca había tenido  la oportunidad de disfrutar de una opípara cena porque era pobre, aceptó encantado. Cuando empezó a caer la tarde, Nasreddín se subió a su famélico burrito para ir a casa de su anfitrión. Era la primera vez que le visitaba y cuando llegó, se quedó deslumbrado al ver nada más y nada menos que una enorme mansión de mármol rosa rodeada de increíbles jardines. En la...

Simbad el marino

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  Adaptación del cuento clásico de Las mil y una noches Hace muchos años vivía en Bagdad un joven que tenía por oficio llevar mercancías por toda la ciudad. Todos los días acababa agotado de tanto cargar cajas y se lamentaba de que, lo que ganaba, no le servía para dejar de ser pobre. Un día, al final de la jornada, se sentó a descansar junto a la puerta de la casa de un rico comerciante. El hombre, que estaba dentro,  le oyó quejarse de su mala suerte en la vida. – ¡Trabajar y trabajar, es lo único que hago! Al final del día sólo consigo recaudar tres o cuatro monedas que apenas me dan para comprar un mendrugo de pan y un poco de pescado ahumado. ¡Qué desastre de vida la mía! El comerciante sintió lástima por el chico y le invitó a cenar algo caliente. El muchacho aceptó y se quedó asombrado al entrar una vivienda tan lujosa y con tan ricos manjares sobre la mesa. – ¡No sé qué decir, señor!… Nunca había visto tanta riqueza. – Así es – contestó educadamente el hombre –. Soy mu...

El color de los pájaros

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  adaptación de la antigua leyenda de la India     Hace cientos y cientos de años, todos los pájaros del mundo eran de color marrón. Los bosques estaban poblados de aves grandes, medianas y pequeñas, pero todas con el mismo plumaje serio y aburrido. Esta condición no les gustaba nada. Sentían mucha envidia del color carmesí de las rosas en primavera,  del naranja intenso de los peces payaso,  del sofisticado pelaje blanco y negro de las cebras… Estaba claro que a la hora del reparto de colores, a ellas les había tocado la peor parte. Un día se pusieron de acuerdo para acabar con esta situación. Hartas de considerarse los seres más feos del planeta, decidieron pedir ayuda a la Madre Naturaleza. El águila, valiente y decidida como ninguna, fue la que se encargó de solicitar una audiencia. Dos semanas más tarde, miles de pájaros descontentos con su aspecto fueron convocados a la mayor reunión de animales alados jamás vista hasta entonces. Los nervios flotaban en el...

El tambor de piel de piojo

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  Adaptación del cuento popular de España     Había una vez una reina que tenía una hija llamada Elena. La niña, simpática y curiosa, era una enamorada de la naturaleza. Su afición favorita era caminar al aire libre, trepar por los árboles y observar el comportamiento de los insectos. Como siempre andaba correteando por el campo se ensuciaba mucho, así que cada noche, se daba un buen baño caliente antes de irse a la cama. Después, su madre desenredaba con un peine de marfil su largo y dorado cabello. Una noche, en el peine apareció un piojo. La niña, emocionada, quiso quedárselo. – ¡Oh, qué piojito tan mono! Lo guardaré en una caja de madera y lo cuidaré yo misma. La madre, que consentía todos los caprichos de su querida hija, aceptó a regañadientes. Elena  lo metió  en una caja dorada y lo cuidó y alimentó con esmero hasta que se hizo tan grande como un gato. La niña estaba emocionada, pero ocurrió una desgracia: el tamaño era tan poco habitual para un insecto,...